Alejandro Marcovich, recordado guitarrista de Caifanes, se colocó en el ojo del huracán tras ser acusado de violencia intrafamiliar contra su esposa e hijos, por lo que su colega Sabo Romo rompió el silencio y describió como “complicado” al músico argentino que conoce desde hace casi cuatro décadas por haber formado parte de la popular banda de rock.
“Creo que todos los que hemos convivido con él coincidimos en varias cosas, la primera es que musicalmente es genial, pero de pronto en el trato es complicado, siempre ha sido complicado y te estoy hablando de que tenemos por ahí unos treinta y… casi cuarenta años de conocernos y realmente nunca ha habido alguna situación cercana ¿sabes?”, expresó Sabo durante su encuentro con la prensa en el aeropuerto de la Ciudad de México.
El bajista externó su deseo con respecto a que Marcovich pueda solucionar de la mejor manera su conflicto familiar, aunque la denuncia que Gabriela Martínez interpuso en su contra en 2014 y los episodios de violencia que ahí relata, hayan dado como resultado que a la fecha Alejandro tenga una orden de restricción y no pueda acercarse a ella ni a sus hijos.
“Es un proceso que uno tiene que vivir en familia, siento que hay una preocupación genuina por su estado de salud, deseo que esté bien, que puedan resolverse física y emocionalmente, porque además no solamente hemos estado cercanos a nivel profesional, sino que Bela y Diego, sus hijos, son gente muy entrañable, son gente que desde niños han estado muy cercanos a la vida, con los que hay un cariño, no un tanto intermitente, sino a la distancia, son muy buenos niños ambos, y desde luego también deseo que encuentren una manera de sanar esta parte que creo que les está resultando muy complicada”, declaró.
Por otra parte, Romo se dijo feliz por la reconciliación de Sandra Echeverría y Leonardo de Lozanne, quien se reunirá al proyecto de Rock en tu idioma sinfónico.
“Sin duda, todos cometemos muchos errores, y creo que también siempre tenemos la posibilidad, si bien no de enmendarlos, como de echarle ganas y echarle arrimón, echarle pasión, claro ¿no?”, concluyó.